Muda ella, trata de bailar sin órbitas.
En su escenario de rombos, llora.
Nadie la observa, todos la ven. Siempre ahí-
Los cabritos ya no la extrañan, ya no la besan.
Su nostalgia líquida se evaporó, y la nube se ha ido.
Su misión es volver loco de amor al mar, nada más-
Perdida en oscuros delirios de queso
nada la luna en la galaxia última.
Suspira resignada, y vuelve a hipnotizar a las olas.
Calipso
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