viernes

ACOSO

No hay ventana, no hay respiro. Me asfixio.
Me haces mal, me enloquece el chasquido de tus dedos.
Te sigo, soy sombra, soy brisa y te ahogo.

LLoro tus pasos, soplo tus dudas. Fingo encontrarte.
Canto a la luna que no dejes de sangrar.
Quiero sentirte vivo, humano. Te rezo.

Colgando en tu abismo, me derrumbo.
Cansada de dejarte ir para volver a perseguirte.
Ya no me queda aire ni gozo. Te desmenuzas de a poco.

Ya el silencio se tragó mi orgullo. Me ahogas.
El azul lavó mis penas, atormentó mi cabeza.
Ya la nada se hizo todo, ya te asfixias.

Calipso

domingo

Poema 712

BECAUSE I COULD NOT STOP FOR DEATH -
HE KINDLY STOPPED FOR ME -
THE CARRIAGE HELD BUT JUST OURSELVES -
AND INMORTALITY

WE SLOWLY DRIVE - HE KNEW NO HASTE -
AND I HAD PUT AWAY.
MY LABOR AND MY TEISURE TOO,
FOR HIS CIVITY

(Porque no pude esperar la muerte -
él amablemente, esperó por mí -
El carruaje sólo nos albergaba a nosotros -
Y a la inmortalidad.

Fuimos despacio - él no conocía la prisa -
Y yo ya había dejado de lado
mi trabajo y mi ocio también,
por su amabilidad.)


EMILY DICKINSON ♥

Laguna

"La laguna contestó:
-Pero yo amaba a Narciso, porque cuando miraba mis aguas, en en el espejo de sus ojos yo veía reflejada mi propia belleza"


jueves

Microcuentos

El dinosaurio

Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí.


El paraíso imperfecto

—Es cierto —dijo mecánicamente el hombre, sin quitar la vista de las llamas que ardían en la chimenea aquella noche de invierno—; en el Paraíso hay amigos, música, algunos libros; lo único malo de irse al Cielo es que allí el cielo no se ve.

La oveja negra

En un lejano país existió hace muchos años una Oveja negra.
Fue fusilada.
Un siglo después, el rebaño arrepentido le levantó una estatua ecuestre que quedó muy bien en el parque.
Así, en los sucesivo, cada vez que aparecían ovejas negras eran rápidamente pasadas por las armas para que las futuras generaciones de ovejas comunes y corrientes pudieran ejercitarse también en la escultura.

La tela de Penélope o quién engaña a quién

Hace muchos años vivía en Grecia un hombre llamado Ulises (quien a pesar de ser bastante sabio era muy astuto), casado con Penélope, mujer bella y singularmente dotada cuyo único defecto era su desmedida afición a tejer, costumbre gracias a la cual pudo pasar sola largas temporadas.
Dice la leyenda que en cada ocasión en que Ulises con su astucia observaba que a pesar de sus prohibiciones ella se disponía una vez más a iniciar uno de sus interminables tejidos, se le podía ver por las noches preparando a hurtadillas sus botas y una buena barca, hasta que sin decirle nada se iba a recorrer el mundo y a buscarse a sí mismo. De esta manera ella conseguía mantenerlo alejado mientras coqueteaba con sus pretendientes, haciéndoles creer que tejía mientras Ulises viajaba y no que Ulises viajaba mientras ella tejía, como pudo haber imaginado Homero, que, como se sabe, a veces dormía y no se daba cuenta de nada.

El mundo

Dios todavía no ha creado el mundo; sólo está imaginándolo, como entre
sueños. Por eso el mundo es perfecto, pero confuso.

 

Nube

La nube de verano es pasajera, así como las grandes pasiones son nubes de  verano, o de invierno, según el caso.

AUGUSTO MONTERROSO.

Sentite libre, explorá, descubrí. Te invito a que nos descifremos y simulemos comprendernos desde donde estemos. Soñemos a imaginarnos. El alivio de una visita, aunque sea sólo una ráfaga.