miércoles

ESTANDAR



Susurran cabeza con cabeza y se ríen con las moscas.
LLoran porque no las miran o porque si lo hacen.
Recogen cada palabra y la atesoran en sus cofrecitos.
Mienten, rien, culpan, juzgan, matan... y luego se confiesan.


Exclaman llenas de ira que el día es demasiado húmedo.
Juegan a las escondidas con su cartera y su rubor.
Dejan caer sus pañuelos y corren lejos para volver airosas.
Besan sus espejos y practican sus reverencias.


Caminan hacia altares imaginarios, llenas de sueños blancos.
Esperan, esperan, esperan. No se cansan, no hay tiempo para ellas.
Amasan tartas de manzana para amados que no han llegado.
Suspiran y murmuran secretos que sólo la brisa conoce.


Calipso 

jueves

Poema de Calipso



Batallas son de amor, también de sueño.
O son sueños de amor o, sólo en sueños,
amor. Batallas son
que libra con su cuerpo y con el cuerpo
de ti.
Con tus manos sujetas
su sueño, construyes
su amor, destruyes...
¿Qué destruyes si en tus manos es sueño
y si sueña tan sólo con tus manos?

JORGE URRUTIA

martes

KATEL GOLLET, la condenada.



(...) El conde quería que la muchacha se casara lo más pronto posible. ¿Cómo contener una golondrina de 16 años, que sólo pensaba en bailar y gozar? Era la torre más difícil de defender para un viejo (...) Katel daba cita a sus pretendientes y danzaba, girando con ellos durante horas. Casi sin rozar el piso, casi sin rozar a su compañero, Katel volaba con la música, cuando tomaba la mano del joven lo fascinaba, lo emborrachaba de amor y locura hasta el punto que, como un poseso, el caballero bailaba y más de una vez caía muerto a los pies de Katel. (...) Una noche se había puesto de acuerdo con el joben Salaun para bailar hasta el amanecer (...) Katel radiante como nunca presentó a su prometido, "prometido al baile y a la muerte".(...) Bajo los árboles la joven pareja bailaba en la oscuridad(...) katel soltó la mano de su compañero, que cayó desmayado sobre la hierba (...) aparecieron dos hombres, uno llevaba una gaita enorme. El otro, alto y atractivo, iba vestido de negro y rojo (...) La gaita empezó a emitir sonidos aterradores. Sólo para katel parecía se runa música irresistible, arrebatadora. El caballero la tomó entre sus brazos y con ardiente mirada la convidó al baile. la danza comenzó desenfrenada (...) nadie se atrevía a intervenir el baile. Katel orgullosa y feliz, volaba desafiante. (...) Estaba ya cerca el amanecer cuando Katel, por primera vez en su vida, comenzó a dar muestras de cansancio. La gaita desgranaba una música dolorosa y maldita, interminable como el infierno. Ahora tenía miedo, pero sus esfuerzos por escapar fueron inútiles. (...)
- Vamos hermosa aniña, ¿Quién puede cansarse de bailar? - gritaba el siniestro caballero. Katel, como una cierva herida, brincaba en el fantástico remolino.
(...) katel cayó vencida, agonizante.(...) la muchedumbre comenzó a alejarse del lugar.
Al alba los campesinos encontraron sobre la hierba dos cadáveres jóvenes y pálidos. eran Katel y Salaun.

CUENTO BRETÓN.

domingo

Boca arriba





Caigo,
El golpe no duele esta vez.
Boca arriba, miro la noche.
La noche.
Sigo viéndola al cerrar los ojos,
se repite...
infinita,
majestuosa,
inmortal,
eterna.

Siento que me traga.
Me aferro fuerte, no quiero que me lleve.
Me susurra,
me promete,
me engaña,
me dejo engañar.
Su silencio es tan convincente.

Me suelto,
me elevo.
Me lleva al compás del viento.
me canta,
me canta que me ama.
Me acuesta en alguna estrella.
Me come,
me saborea.
Soy ínfima dentro suyo.

Me sueña,
me despierta.
La noche, boca arriba.


Calipso

sábado




CALIPSO

Sóla, canta a la tierra, besa la orilla, llora en la piedra. Calipso.
Vino y se fue, y le prometió tantas cosas, el tiempo se desvaneció entre sus dedos. La felicidad ya es nostalgia. Cuesta imaginar, el olvido arrasa. Propusieron, desearon, hicieron lo imposible. Pero nadie puede luchar con los designios oscuros (velados) de el destino narrado por un hombre barbudo.

LLegó y le susurró palabras dulzonas al oído. Juntos se bañaron en el mar y soñaron con amarse. Jugaron a buscarse y encontrarse. A leerse las miradas y sufrir en los silencios. Qué fría es la Ogigia sin su amado. Lastima el aire y la ausencia de su cuerpo. La dejó a la deriva en tierra firme.

La balsa se llevó sus ilusiones, y el vaivén de su figura que a lo lejos se perdía, la sumió en el más dulce delirio. Una lágrima, nada más, ni nada menos. La brisa la tomó de su mejilla y la llevó lejos, pero la pena se hizo más onda en su corazón de diosa. Inmortal su cuerpo, inmortal su pena.

Sentite libre, explorá, descubrí. Te invito a que nos descifremos y simulemos comprendernos desde donde estemos. Soñemos a imaginarnos. El alivio de una visita, aunque sea sólo una ráfaga.